En invierno tu gato te querrá más si tiene una cueva o saco calentito y suave donde dormir una buena siesta.
Los gatos, como las personas, son homeotermos o animales de sangre caliente. Esto quiere decir que pueden mantener constante su temperatura corporal a pesar de los cambios de la temperatura externa. De hecho, los gatos tienen preparada una serie de mecanismos para enfrentarse tanto al calor como al frío. Eso sí, estos mecanismos tienen límites y ante situaciones climáticas extremas (o no tan extremas pero sí prolongadas) no son suficientes para mantener la temperatura corporal, con consecuencias graves y hasta letales para el animal.
¿CÓMO SÉ SI MI GATO TIENE FRÍO?
Para saber si para tu gato hace frío no nos basamos tanto en la medición de la temperatura ambiental sino en la observación de sus reacciones corporales cuando la temperatura externa amenaza su temperatura corporal.
Deberemos fijarnos en las estrategias y reacciones físicas que podemos observar y que el gato adopta para defenderse de las bajas temperaturas:
- Buscan fuentes de calor. Se tumban al sol, se acercan a radiadores o fuentes de calor (como tú), se meten en lugares estrechos y mullidos ( puede que en algún armario).
- Tienen ciertas partes del cuerpo frías. Cuando el gato está inactivo y la temperatura ambiental es baja, al tocarle la punta de las orejas, las almohadillas y la extremidad de la cola nos daremos cuenta de que las tiene más frías de lo habitual. Es un mecanismo independiente de la voluntad del gato que ayuda a reducir la dispersión de calor y a preservar la temperatura en el interior del cuerpo, en los órganos vitales.
- Puede que empiece a tiritar. A medida que el gato se enfría resulta más fría la piel de la ingle y de las axilas donde el pelo es más fino. Gracias a estas contracciones musculares repetidas, el cuerpo del gato genera calor, aunque también gasta muchas calorías y en casos muy graves deja de tiritar.
- Piloerección. El pelo corporal del gato se levanta formando una cámara de aire que ayuda a retener el calor.
Si estos mecanismos no son suficientes para defenderse del frío, la temperatura interna del gato cae por debajo de su valor normal y se produce una condición conocida como hipotermia.
¿CÓMO AFECTA LA HIPOTERMIA EN MI GATO?
A medida que su temperatura interna baja, su actividad y funciones corporales disminuyen, la frecuencia cardíaca y respiratoria bajan, la respiración se hace superficial, su piel es cada vez más fría y la musculatura rígida, el gato se puede mostrar confuso y letárgico.
La hipotermia es una emergencia veterinaria así que cuando fuera hace frío y el gato tiene acceso al exterior hay que prestar mucha atención a la presencia de los signos que pueden indicar un principio de hipotermia.